La evolución de las interfaces de conexión ha dado un salto significativo con la introducción de Thunderbolt 5, estableciendo un nuevo estándar en velocidades de transferencia para dispositivos de almacenamiento. Los nuevos discos SSD equipados con Thunderbolt 5 ofrecen velocidades de lectura y escritura de hasta 6000 MB/s, superando con creces a sus predecesores Thunderbolt 4, que alcanzaban hasta 2800 MB/s, ya los SSD USB tradicionales, limitados a aproximadamente 1000 MB/s.
Esta impresionante mejora en la velocidad de transferencia se traduce en una eficiencia sin precedentes para profesionales que manejan grandes volúmenes de datos. Por ejemplo, la transferencia de un archivo de 121,5 GB se completa en aproximadamente un minuto con Thunderbolt 5, en contraste con los dos minutos requeridos por Thunderbolt 4 y casi tres minutos por las conexiones USB convencionales.
Sin embargo, esta tecnología avanzada viene acompañada de ciertas consideraciones. Los SSD con Thunderbolt 5 tienden a ser más voluminosos y menos portátiles que sus contrapartes USB, además de presentar un costo significativamente mayor. Actualmente, un SSD de 2 TB con Thunderbolt 5 ronda los 400 euros, mientras que uno con Thunderbolt 4 cuesta alrededor de 300 euros, y las versiones USB aproximadamente 180 euros.
A pesar de su compatibilidad retroactiva con dispositivos más antiguos, es importante señalar que no se alcanza el rendimiento máximo en estos casos. Para la mayoría de los usuarios, las diferencias en velocidad pueden no justificar el incremento en el precio. No obstante, para profesionales que requieren transferencias de datos ultrarrápidas, la inversión en esta tecnología podría ser altamente beneficiosa. Se anticipa que, en el futuro, los precios disminuirán y los diseños se volverán más compactos, aumentando la accesibilidad y conveniencia de los SSD con Thunderbolt 5.
